AISLAMIENTO Y CONTENCIÓN

Cada dia que pasa, a cada hora la burbuja crece, se abulta, se prensa su forma, se desdibuja a ratos, pareciendo explotar.  Oscuridad,  problemas, necesidades, despedidas, tristeza, angustia, son entre otros los estados de quienes cohabitan, de los que  intentan continuar sobrellevar a un país que respira una contención de sentimientos, de parecer normal ante la adversidad. Es como si con cada imposibilidad, con cada fallo contruyeramos un muro de piedra , abrazado por una armazón de alambre, con posibilidad de ceder.  Cada dia nos disponemos a transfigurarnos en una máscara  de payaso y dibujar la mejor sonrisa, la mejor actitud, el mejor propósito. No es fácil, y nos lanzamos a la realidad que nos pone la peor cara, sin anestesia, mostrándonos sus afilados dientes que amenaza con  devorarnos. Debemos reír a pesar del dolor, bailar entre la rapidez y el pesado tránsito de nuestro calvario, cantar entre el bullicio de la politiquería y aullidos estridentes de las promesas huecas hacia un final  infinito. Con maromas esquivamos los zarpazos incesantes de la infamia y lo protervo de nuestra cotidianeidad. Y al final del dia, de cada épica jornada nos estremece el silencio, nos deslumbra la oscura noche y nos aisla más en nuestro interior, con el temor de descubrir en el verdadero rostro la impotencia que yace ante la derrota, para convertirse en una petrificada costumbre...

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