MONO NO AWARE

Este término que descubro y  atrae mi atención a propósito de estos momentos en que la nimiedad y el vacío son los objetivos banales perseguidos por muchas personas, la cultura japonesa nos ofrece  su  mono no aware en la que se  apela a entender la transitoriedad de las cosas con un sentimiento de belleza y finitud.

Entendiendo que si una persona no se disolviera,  si no desapareciera como humo, las cosas perderían su poder de conmovernos.

Porque lo más preciado en la vida es su incertidumbre. Es lo que llamamos  impermanencia,  donde reside su incomparable apreciación por la belleza. Reconociendo  la transitoriedad fundamental de la existencia ,  nos invita a la apreciación hipermatizada de las cosas y fenómenos del mundo.

La explicación del mono no aware es uno de los conceptos más bellos y panorámicos que ilustran esta estética del entendimiento; pues 

preñado de matices y connotaciones,  es “la tristeza o el pathos de las cosas”, el punto de partida. Se refiere al agridulce sentimiento de ver las cosas cambiar y el diminuto dolor que acompaña a una flor cuando se marchita, la finitud que se aloja en cada una de las cosas.

Nos lleva a apreciar y  a valorar esos instantes de verdadera felicidad.

La traducción de aware como “tristeza” se debe más que nada a la falta de una mejor palabra, porque la esencia de aware sugiere la experiencia de conmoverse profundamente por emociones que pueden incluir alegría y amor, pero siempre teñidas de finitud o dolor. Los japoneses lo metaforizan muy bien  a traves de su amor tradicional hacia las flores de cerezo, manifestado en los tumultos que salen cada año a contemplar y hacer picnics debajo de los sakuras, que son valorados por su transitoriedad, y cuando las flores comienzan a caer después de una semana de haber brotado,  es precisamente allí en que se denota la evanescencia de su belleza la evocación de un  sentimiento melancólico y alegre; es la gentil tristeza de las cosas en quien observa.

Nada es para siempre y eso es lo que hace que su significado sea atómico, y  nos lleva a creer en la impermanencia y la transitoriedad de nosotros como humanos...

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