EDUCAR PARA LA VIDA
Es un arte que requiere no sólo logros intelectuales,
sino una paciencia y amor infinitos. Ser correctamente educados es
comprender nuestra relación con todas las cosas -con el dinero, con la
propiedad, con la gente, con la naturaleza- en el vasto campo de nuestra
existencia.El propósito de la educación es fundamentalmente ayudar al ser humano a que
se libere de su propia mezquindad y de sus estúpidas ambiciones. Y la
educación implica también ayudar al estudiante a crecer en libertad y sin
temor. La educación tiene una importancia capital
en la
comunicación de aquello que es básico para la transformación de la mente
humana y para la creación de una nueva cultura, es el despertar
de la mente y en el florecimiento integral del ser humano. De allí la máxima: "Un ser sin educación no es nada", pues sin ésta , se
vuelve extremadamente difícil el pensar independiente y el amoldamiento nos
condena a la mediocridad. Mirándo más alla, la educación debe originar la integración de la vida y el pensamiento, logrando una aproximación al significado
más elevado y vasto de la misma,La educación no consiste tan
sólo en adquirir conocimientos, en reunir datos y correlacionarlos; la
educación es ver el significado de la vida como una totalidad. Pero lo total
no puede ser abordado a través de la parte, que es lo que intentan hacer los
gobiernos, las religiones organizadas y los partidos políticos autoritarios.El objeto de la educación es
crear seres humanos integrados y, por lo tanto, inteligentes. Podemos
adquirir títulos y ser eficientes desde el punto de vista mecánico, sin que
por eso seamos inteligentes. La inteligencia no es simple información; no se
obtiene de los libros ni consiste en ingeniosas respuestas autoprotectoras y
afirmaciones agresivas.La educación debe ayudarnos a
descubrir valores auténticos y perdurables, con el fin de que no nos
aferremos simplemente a fórmulas ni a repetir eslogans. La educación debe
ayudarnos a derribar nuestras barreras nacionales y sociales en vez de
acentuarlas, porque las fronteras, cualquiera que sea su género, engendran
antagonismo entre los seres humanos.La educación no ha de
estimular al ser humano para que se amolde a la sociedad ni para que se
oponga a ella, sino que debe ayudarle a descubrir los verdaderos valores que
se revelan con la investigación imparcial y la percepción de nosotros
mismos. De nada sirve que aprendamos
si en el proceso del vivir nos destruimos a nosotros mismos. Por poco que
miremos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de que es evidente que hay
algo radicalmente erróneo en el modo como educamos a nuestros hijos.
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
2/05/2013
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