Primera prioridad

Hoy día, la labor de un maestro de primaria aparece como una difícil tarea, pero también como una de las pocas salidas de la crisis económica, política y social en nuestra sociedad.
Sí, probablemente sólo mediante la educación sea posible tomar conciencia de lo que se vive y se debe enfrentar día con día para entonces actuar y, de acuerdo a nuestros saberes y creencias, reconstruir nuestro país, nuestra ciudad, nuestra familia, es decir, nuestra vida.
La etapa más importante de este período escolar no es el conocimiento de las asignaturas, como se concibe en muchas ocasiones, sino la formación integral del niño.
El número de estudiantes inscritos en el primer grado de educación primaria en Venezuela es menor que hace 11 años. La matrícula de alumnos pasó de 657.448 niños en 1998 a 593.781 en 2009. Las cifras son citadas en la última Memoria y Cuenta del Ministerio de Educación, y fueron analizadas en una investigación que realizó Luis Bravo Jáuregui, profesor de la Universidad Central de Venezuela y Coordinador de la línea de investigación Memoria Educativa Venezolana.
Los datos revelan una tendencia sostenida de estancamiento y contracción en los últimos tres años, de la cantidad de niños y niñas inscritos en el primer grado. Identificó factores políticos y económicos como los motivadores. “Las misiones ya no son tan útiles electoralmente para el Ejecutivo como lo eran hace unos años”.
En esta desatención también habría que tomar en consideración la contracción económica que ha sufrido la nación. Ya el Gobierno no puede atender sus obligaciones como antes, aseguró.
En contraste con esta realidad los países asiáticos revelan una gran ventaja en cuanto a su éxito económico. Algunos sostienen que se debe a la instrumentación de su política industrial.
Otros dicen que tiene que ver con sus valores y rasgos culturales. Sin embargo, como lo ha señalado la revista inglesa The Economist, todos concuerdan en que una buena parte de la explicación radica en el énfasis que ponen a la educación.
El éxito tan notorio que en materia de educación tienen países como Taiwán, Singapur, Hong Kong, Corea del Sur y Japón, es utilizado constantemente como ejemplo, al contrastarlo con países más pobres en el resto de Asia y con América Latina.
Sin embargo, ahora los últimos estudios muestran claramente su superioridad inclusive en comparación con países más desarrollados como Estados Unidos.
Parte de nuestro problema es que no existe la cultura educativa a nivel familiar en los segmentos más pobres de la población. Es muy típico encontrar una familia de la clase más baja, en la que los padres han dejado de mandar a sus hijos a la escuela para que ayuden al sostenimiento familiar. Sin embargo, en los países asiáticos este fenómeno casi no existe.
La familia básica pone la educación como la primera prioridad, con la creencia de que es el camino al sustento familiar en el futuro. Existe el convencimiento de que todos pueden y deben progresar. No porque son pobres no deben tener el derecho a la educación. Primero sacrifican lo demás antes de tomar una decisión de retirar a sus hijos de la escuela.
Su visión es más amplia y de un mayor horizonte de tiempo. Necesitamos empezar a impulsar la educación como primera prioridad en el país.
Necesitamos una política educativa espectacular, activa e integral inclusive. Cada día que dejemos pasar tiene un costo elevado para la sociedad, nuestros hijos y las generaciones que vienen.

ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES

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