CORAZÓN DE PIEDRA

No existe nada demasiado duro ni extremadamente frágil. La relatividad tambien aplica  para las personas, porque siempre nos quieren cariñosos, dulces y empalagosos. Muchas veces se pierde más el ser edulcorante, y no es que sea lo incorrecto, pero la mayoría de las ocasiones es una conducta aprehendida,  con posturas falsas,  que se ha adoptado como forma de atrapar a incautos, pero que en el fondo no son  tales ovejitas sino por el contrario son abejas que clavan su ponzoña inmisericorde.  No se engañen con  los mal llamados corazones de piedra, no existen tales denominaciones. Siempre hacen creer que el que no accede, el que no es flexible, ante muchas pretensiones es errático en su proceder, y es encasillado en un cliché de intransigencia y perpetuo blanco de críticas.  No crean que todo en la vida es dulzura y amor,  la mayoria de las decisiones trascendentales que debemos tomar, obedecen a posturas serias y con cabeza fría y los pies en la tierra. El ser a veces duro de carácter, mostrarse indoblegable aunque demanden de nosotros una conducta que ceda ante peticiones que nos obliguen a claudicar;  nos lleva a ganarnos el título muchas veces inmerecido de corazones duros, de insensibles y hasta de los más pérfidos villanos como Grú, personaje encantador de los Minions. La fama siempre nos juega malas pasadas, pero nuestras acciones son las que hablan de quienes somos en realidad, y pretender por complacer a quienes no nos acepten tal como somos, es su reto. 

Por ello nada más cierto,  caras vemos  corazones no sabemos...

ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES

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