LA SOBERBIA : VIOLENCIA QUE HUMILLA
El filósofo y Teólogo
San Agustín decía que la soberbia
no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no
está sano. Y en realidad son soberbios aquellos que se jactan de tener algo que
no tienen y desean, o lo tienen en una medida que no le es satisfactoria. La
jactancia es una expresión de la soberbia en función del sentimiento interior
que nace en el hombre cuando se jacta de algo. La jactancia es una alabanza
excesiva de algo que se dice tener y, en definitiva que se cree “ser”. El
soberbio resulta, entonces, presuntuoso al mostrar orgullo por sus cualidades o
acciones propias. La hipocresía y la anticipación de los hechos es otro de los
medios que encuentra el ser humano para manifestar este tipo de soberbia,
marcada en este caso por una emoción de tristeza oculta. En el fondo, estas
máscaras esconden una tremenda necesidad de ocultar una carencia o una
insatisfacción o la simple dificultad de reconocer que aun falta aquello que se
desea. La Presunción, rol de superioridad
o expresión de vanidad, se consideran
como otros grados de soberbia que se muestran cuando alguien presume de
sí mismo como si estuviera por encima de los demás. Nuevamente, aquí se puede
observar la relación entre la envidia y la soberbia, ya que, en muchas
ocasiones el hecho de presumir es la base para que alguien pueda envidiarnos. En
definitiva Tomás de Aquino no se equivocó al afirmar "la envidia, la
vanagloria y la ira no tienen el mismo objeto que la soberbia: pero los objetos
de éstas se ordenan al objeto de la soberbia como a su fin; entonces, la
envidia se entristece del bien del prójimo, la vanagloria apetece el elogio, y
la ira, la venganza, y de este modo, tienen alguna excelencia". ¿Y como
hacemos para lidiar con tantos soberbios y prepotentes que nos quieren imponer
su orgullo mal llevado? Como todo pecado capital, está inmerso en el mundo que
vivimos, en los diferentes estratos de la sociedad, y la única forma de
repelerla es inyectarle grandes dosis de humildad, pues esa inflamación del
ego, hay que bajarle los humos, a esa autosuficiencia, a la perfección, al ser insustituible
y al desprecio por los demás, y solo con
el entendimiento de que el empecinamiento en su ceguera, se aísla mas y mas de
los demás, quedando expuesto al ridículo y relegado a la soledad, alejado de la
realidad y marginado de la comunidad de amigos y del vínculo afectivo con los
demás. La soberbia es un estigma agresivo que conduce a una violencia que humilla…
ISABEL
VIRGINIA CHIRINOS FLORES
21/05/2015
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