FANATISMO Y TERRORISMO
El fenómeno de los nuevos
movimientos religiosos (NMR) se extiende a pesar de la alarma de la Iglesia
Católica: sectas fundamentalistas bíblicas, iglesias electrónicas, ministerios
evangélicos y grupúsculos fanatizados utilizando marketing directo; causan
estragos a gran escala en el mundo. Aunque estos difieren en sus orígenes,
carencias y prácticas, las unen características comunes: proselitismo salvaje,
métodos de mercadotecnia, explotación económica, manipulación psíquica y
emocional, ideologías fascistas y autoritarias. En realidad es un desastre sin
precedentes y un problema de proporciones dramáticas”. Millones están hoy,
dañados severamente en su psiquis por la injerencia de estos grupos en la vida
privada, matrimonios y relaciones sociales desde las sectas más maniqueas y
agresivas. Algunos
sociólogos aseguran que los NMR son la nueva forma de subversión que busca la
dominación mundial por la imposición de ideologías foráneas; la única forma de
neutralización sería la aplicación de leyes restrictivas aplicándoles cargos
por asociación ilícita y modalidades delictivas disfrazadas de creencias. Estas
corrientes que se presentan como cristianas; producen en sus acólitos,
alienación y no pocas veces vulneran sus libertades civiles. Dentro del guante
de terciopelo se esconde la mano de hierro; liderazgos dominantes caen
impiadosamente sobre mucha gente debilitada por problemas personales enormes;
en el nombre de Jesús o el Espíritu se hace tanto lo mejor como lo peor. Los
testimonios son tragicómicos pero reales, nadie sale indemne psicológicamente
de estos grupos. De Igual y aterradora manera pasa con los grupos extremistas,
pues de los intensos estudios realizados a sus integrantes, jóvenes en su gran
mayoría, son escogidos de entre ambientes hostiles, rodeados de sistemas donde
la injusticia reina, el estado de pobreza es crítica, hogares disfuncionales,
sin valores, y que son caldo de cultivo para formar esta generación de
rebeldes, a quienes les prometen bajo la premisa de “hacer justicia” matar y
sembrar miedo, muchas veces al límite de la inmolación. La pregunta que nos
hacemos siempre: ¿que los induce a realizar decapitaciones, crucifixiones,
violaciones sexuales, asesinatos masivos y otros crímenes en las zonas que
controlan, convirtiéndolas en zonas de terror? ¿Por qué tanta gente está
siendo abducida por algo o alguien? Mientras tanto, el mundo observa perplejo
tantas masacres sin justificación, organizaciones mundiales viven en perennes sesiones
para determinar cómo detener a estas células diseminadas por el hemisferio.
Parece que son inmunes, y se tendría que hacer un esfuerzo sobrehumano, para
erradicar dichos grupos, toda vez que muchos gobiernos son sus propios artífices,
pues a través de la asignación de recursos, los ayudan y sostienen,
produciéndose una doble moral vergonzosa y cruel. Todas estas formas de
sometimientos llámense terrorismo, sectas religiosas, y estas nuevas
dictaduras, que no fusilan, pero que te someten con hambre e ideologías, merman
de manera radical cualquier pensamiento libre, sin dejar espacio para el
desarrollo de nuevas generaciones que puedan discernir, en un ambiente sano,
donde la igualdad, la justicia, promuevan el desarrollo, el trabajo, el
estudio, la capacitación así como políticas que generen oportunidades de
desarrollo, alternativas de crecimiento y políticas incluyentes, con especial
énfasis en favor de las nuevas descendencias". Desde ya la tarea es
urgente, comprometernos en educar a nuestros hijos para una mejor convivencia,
sin abandonarlos, sin menospreciarlos, escuchándolos, atendiéndolos,
proveyéndolos de amor, instruyéndoles bajo el precepto de tener a Dios en
nuestras vidas, luchando siempre por justicia, libertad, solidaridad, respeto y
tolerancia. Solo así evitaremos que las garras del fanatismo, la intransigencia
y la violencia se apoderen de los jóvenes y los usen como carne de cañón para
los fines más viles e incomprensibles.
El Papa Francisco declaró, luego de
los ataques a sede de
la revista satírica, Charlie Hebdo, que
matar en nombre de “Dios” era una aberración, y yo le agregaría que reclutar y
conformar sectas o grupos religiosos bajo la anuencia de “Dios” también
representa una tergiversación, es confundir para lograr los propósitos más
cruentos.
”Ama y haz lo que quieras; si te
callas, hazlo por amor; si gritas, también hazlo por amor; si corriges, también
por amor; si te abstienes, por amor. Que la raíz del amor esté dentro de ti y
nada puede salir sino lo que es bueno” (San Agustín – Ama y haz lo que quieras
– Homilía VII, párrafo 8).
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
07/04/2015
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