Crónicas pandemials



“Lo peor de la peste no es que mata a los cuerpos,sino que desnuda las almas y ese espectáculo suele ser horroroso” 

Albert Camus

Hay de todo en la viña del Señor, y en estas días postreros la gente debe reinventarse , hacer cosas inimaginables , para poder sobrevivir , unas loables y otras un tanto ortodoxas. El quehacer humano siempre ha estado provisto de diferentes ribetes , buenos y malos, y luego de haber llegado esta pandemia que nos nos viene a enseñar muchas cosas , también nos ha probado como seres humanos, como individuos del mundo y ciudadanos . 

El venezolano no es la excepción , siempre apostando por emerger de los avatares , y de salir airoso de las circunstancias que lo rodean. Todo ello es positivo siempre y cuando se aprenda y se evolucione hacia estadios más elevados. Venimos de arrastrar una crisis muy cruenta , que nos encuentra siempre parados al borde del abismo , y en la que se deben tomar decisiones rápidas .

Y dentro de ese espiral de nuevas cosas y oficios para sobrevivir ha irrumpido una muy fuertemente , que en gran medida ha penetrado posicionándose como una forma inusual de ingreso , y que en la gran cadena que ha formado, sus eslabones se multiplican a gran escala , produciéndose un negocio redondo como es la gasolina y todo lo que circunscribe dentro de ello.

Son interminables colas de gente en sus carros que pernoctan días y noches , con lluvia y sol , apertrechados de colchonetas , sillas, paraguas, carros sin motor remolcados, los van empujando entre varios, para con la ilusión de que a decenas de cuadras , logren surtir del preciado combustible . Todo fuera distinto si fuera hasta allí, pero no es así, la realidad es otra, resulta que tras todo esa parafernalia hay una maquinaria de corrupción inmensa , donde Militares, dueños de estaciones de Servicio, funcionarios policiales , bomberos , cuida puestos y demás conforman la telaraña de dólares y tráfico de influencias. La matraca en toda su expresión, porque todos ganan, y es que no entendía como todas esas personas todos esos días se mantenían tan sumisos, sin protestas , entregados y juiciosos a mantenerse en cola: las razones son poderosas, y jugosas , el bombero cobra por su surtir , el guardia por meterte en la cola, tu llenas el tanque , te quedas con 10 litros y vendes 30. Vas y vacías el tanque y te devuelves a la faena . Y así ha sido por meses , cuentan en las colas que bordean toda la ciudad que se ganan alrededor de $70 semanal o más , lo que no gana un profesional con 3 títulos . Entonces aquí viene la moraleja , así vamos a salir del subdesarrollo mental en que nos hemos sumido? Toda esa gente que se mantiene en colas no trabaja, son flojos y vividores ocasionales de cualquier cosa que genere dinero. A parte de que a su paso , dejan estelas de basura, excremento, entre otros ; desprovistos de todo respeto y valores ciudadanos . 

Asi, todos felices, todos ganan, muchos se lucran y al Régimen le favorece porque los mantienen entretenidos, a la espera de su gotica de petróleo y la corrupción desatada…

Y mientras tanto transcurre un país casi totalmente paralizado, sin producir , con escuelas y universidades cerradas, oficinas públicas a media máquina, sin agua, sin gas, sin luz, sin oxígeno, 

sin vacunas y muchas otras carencias .

Este no puede ser el país que queremos, ni estos los ciudadanos que necesitamos.

No solo requerimos la vacuna contra el COVID , también es inminente vacunarnos contra la desidia, la mediocridad, la pereza, el facilísimo, los complejos y anti valores , inmunizarnos contra todo ello, es urgente ...

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