CORAZONES DUROS

¿Porque existen personas que se resisten a dejar de sufrir? ¿Porqué existen personas que no quieren disfrutar la vida a plenitud? Será que prefieren vivir, si se le puede llamar así, al margen de la felicidad, quieren solo conformarse con los restos o migajas que otros desechan? ¿Será que no se dan cuenta que sus vidas son grises, vacías y mustias? Pasarán por este mundo, y nadie les recordará de buen agrado, a lo mejor ni cuentan se den que estuvieron aquí. Y es igual, tanto las personas que no hacen un buen clima de convivencia para los que viven al su alrededor, como para aquellos que no tienen nada que ofrecer a los demás, así mismo aquellos que sufren constantemente porque son incapaces de aprender de una vez por todas, que su felicidad es su propia responsabilidad y no la de terceros. El mundo está hecho para que entremos a pelear por nuestros sueños, para que seamos felices en la medida que perseveremos en esa búsqueda. Debemos ser libres, en toda la extensión del verbo, para poder elegir nuestro destino, moldearlo a nuestro parecer, y poder triunfar. No podemos conformarnos con oír las recomendaciones, tanto de consejeros espirituales, de santeros, o del propio sacerdote en la misa, si no ponemos en práctica esos consejos, bonitos, alentadores, la verdad misma, pero se quedan allí, en la boca de quien los dice, y no entran al corazón del que lo necesita. Si, corazones duros, reacios a entender, enfrentados a concebir que se fracasa, que nos equivocamos, que somos imperfectos, pero que también podemos levantarnos, corregirnos, podemos tomar otras opciones, el mundo sigue girando, el sol sale para todos, y hay tantas personas en el mundo que estarán esperando una señal, un gesto, para seguir adelante...