TIEMPO Y MEMORIA
Clepsidras que se derraman, arenas vaciadas por el viento, un reloj con su máquina detenida, las manecillas en reverso, y el tic tac mudo. Escenas en blanco y negro, imágenes que retrotraen un pasado con añoranzas .
El recuerdo barajea fotos del álbum que recorro en mi mente, y muestran anécdotas, sitios, rostros, y alguna melodía que relaciono con esos momentos. Nostalgia y alegría entremezcladas, me hacen olvidar por momentos la realidad presente, y viajar, sentir, experimentar el ayer , el tiempo en esa otra dimensión , que me muestra por segundos breves , y que se desdoblan , en instantes vividos , memorias de un pasado que viene recurrentemente, como susurrándome al oído: "siempre los tiempos pasados fueron mejores"... Pienso en el tiempo, en lo que fue, como refugio ante la vorágine que representa el presente, que carcome, que inhala cada minuto. Y en esa búsqueda de evadir, de buscar alicientes, de oxigenar esta realidad, me escabullo entre sus recuerdos, en sus vericuetos secretos y disimulados, para intentar disimular el hoy... Es el mi idea del tiempo personal al que recurro para no intoxicarme de tanto aires enrarecidos; un tiempo que pareciese agotarse en los intentos irremediables de ser mejores, de emerger, de no asfixiarse. Aristóteles creía que «el tiempo es la medida del movimiento según el antes y el después». Pero entonces, ¿Qué sucede con el efímero «Ahora»? ¿Dónde está lo pasado antes de hacerse presente y que ocurre con este, que se ha desvanecido al instante? Martin Heidegger afirmaba que la infancia, la juventud, la madurez, la ancianidad y la muerte articulan el camino vital de toda persona, constituyendo el tiempo una función existencial del hombre. Y que al mismo tiempo sostenía que en definitiva, la vida es una carrera anticipada hacia la muerte. Reflexiones filosóficas éstas que me llevan a inferir que el tiempo interno no es ponderable ni se cuantifica como quiso consolidar el concepto de tiempo orgánico propuesto con anterioridad Henri Bergson frente a la concepción del tiempo como flujo medible de la física newtoniana y de la filosofía kantiana, aparece el tiempo de la experiencia, fundado en la unidad orgánica, en el tiempo vital, en los ritmos de los procesos orgánicos, en los relojes internos del organismo. Por eso me quedo con esta definición, porque el tiempo es nuestro, y será flexible como lo distribuyamos, como lo organicemos, internamente, sin marcadores externos, ese que controlamos, no el que nos quiere dirigir nuestro destino, sin inmediatez, ni vigencia, en nuestra dimensión propia, a donde puedo ir cuando quiera, sin que me critiquen, sin parecer "vintage" , atemporal en recuerdos y vivencias ...
"En el jardín de la memoria y el palacio de los sueños, ahí es donde nos veremos". (El sombrero loco - Alicia en el País de las maravillas)
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
Twitter: @chiriflo
Instagram: @chambelon
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