Vivir por vivir, porque se respira y los órganos funcionan, toda una vida ajena o prestada, simulada, y fingida. Sin libreto, vacía y sin conciencia. La razón es demostrar, ostentar, remarcar, sin un ápice de humildad, merodeando la oscuridad, a la mentira, y el miedo como escudo. Por más disfraz de gentleman, o se vista de marca, la etiqueta amarilla siempre se sale. Una vida que no es tal, por no saber perdonar, ni redimirse. Siempre escogiendo el camino más fácil, el mejor atajo, la mejor ganancia, con los acompañantes que más les calzan. Al final se tienen que entregar las cuentas, pagar las deudas, y devolver la vida prestada...
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
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