RENACER (COMO LAS SALAMANDRAS)


Estamos impregnados de mitos, de clichés, de prototipos y de etiquetas. A veces nacemos predestinados a ellos,  y la vida nos da coletazos que nos sacuden y a veces logra desmoronarnos. Caemos en desgracias rutinarias, vicios que se vuelven bucles infinitos de errores sobre errores, y no atinamos a salirnos de esos macabros círculos viciosos. En la antigüedad presumo que pasaba igual, y esos antepasados adelantados a su época nos dejaron grandes enseñanzas a través de sus mitos que narraban sus batallas contra enemigos y animales  mitológicos que aun hoy  tienen una importancia relevante y aleccionadora. Uno muy  sui generis y que nos viene como anillo al dedo, es el de la Salamandra,  en lo relativo a recomenzar  a pesar de que se piense que todo está indefectiblemente  perdido, y que no hallemos una virtual salida. Y es  que la salamandra representa ese espíritu renovador  y regenerador como el Ave Fénix.  Esos diminutos dragones mitológicos que surgieron de las profundidades de Creta, que  simbolizaban la flama y eran dueñas del fuego,  nos recuerdan que el ser humano es capaz de morir y volver a nacer luego de encontrarse aplastado bajo una roca.  Es un símbolo del hombre que sobrevive, la  salamandra nos ofrece la oportunidad de permanecer en paz aun cuando todo alrededor nos sea adverso, y en ese sentido mantener la cordura para tomar las mejores decisiones  sin desesperación. Su esencia y mejor cualidad es  el cambio y transformación  en conocimientos, traspasar  el fuego sin ser alcanzados, es el hecho del ser que ayuda a eliminar lo que no sirve para dar lugar a un renacimiento o regeneración de todo lo que es vital en la naturaleza...

ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
 

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