Como las hojas en el invierno ...
Nunca nos sentimos tan vulnerables como cuando amamos, y
nunca somos más infelices que cuando
perdemos el amor.” — Sigmund Freud”.
Hay pocas cosas en el cosmos que no sean
susceptibles de sufrir daño. Incluso el propio universo algún día puede llegar
a su fin. El ser humano,
en esencia, es vulnerable. Es decir, está lleno de fortalezas pero también de
debilidades. En el plano de las fortalezas, el ser humano tiene capacidad de
superación, momentos de valentía, capacidad de asumir riesgos, inteligencia,
fuerza de voluntad, madurez... Pero, ¿qué es ser vulnerable?
No es más que la “capacidad de ser herido física o moralmente”. Sin embargo, en el
plano de las debilidades que son las que convierten en vulnerable a un ser
humano, cualquier persona también tiene miedo a la soledad, momentos de
tristeza, dudas internas, luchas interiores, inseguridades, momentos de
desánimo... Las personas tenemos fortalezas y debilidades porque curiosamente,
son las debilidades las que posibilitan la superación personal como un motor. Estamos determinados por innumerables
causas que atentan contra nosotros que pueden ser externas como internas. Hoy
en día somos más propensos a sufrir enfermedades, pandemias, estamos expuestos
a ataques nucleares, a guerras, a morir en un atentado en cualquier momento,
sin poder si quiera comprender la causa de estos. En fin nuestra vulnerabilidad
es sumamente alta, peligrosa y terriblemente incierta. Hoy estamos aquí, dentro
de un rato no sabemos, el mundo se mueve con dimensiones aceleradas, todos
corren, todos están tras quien gana mas, quien obtiene el mejor sueldo, el
poder los está matando, a costa de lo que sea quieren ser los favoritos, hay
quienes quieren vender más, mandar mas, ganar más, ser más…Sociedades sometidas
a la mas grotesca vulnerabilidad en cuanto a necesidades básicas, a defensa y
seguridad, etc. y pocos se preocupan por ello, hay negocios más importantes ,
otros intereses que si son lucrativos. Ayer fue 11 de Septiembre y recordamos lo frágiles y vulnerables que
podemos lucir, sobre todo la gran nación de los EEUU que se mira y siente la más
poderosa, y no escapó al peor ataque de la historia hecho por el terrorismo exacerbado
que sin una causa valedera pueda matar a mansalva, a quien se le antoje. Somos
vulnerables ante un atraco, que más allá de despojarnos de bienes materiales,
nos arranquen la vida en segundos. Somos vulnerables ante la imposibilidad de
conseguir el medicamento para una enfermedad. Somos vulnerables ante un hecho
natural que a veces no podemos predecir o evitar. Somos vulnerables ante el
miedo, a la pobreza, al engaño, a la infidelidad, a la impotencia, somos
vulnerables ante la muerte misma. Vemos como una hoja durante el mas recio
invierno, sobrevive aun cuando parece frágil al vaivén del aguacero, y sin
embargo resiste, y al día siguiente continua adherida al árbol. Esa es la
verdadera fortaleza, la interna, la que llevamos y proyectamos en los momentos
difíciles. Nadie es lo verdaderamente poderoso, ni omnipotente, porque esa
soberbia enceguece y desestima cualquier
oportunidad. En esta sociedad en
la que “SER” es “PODER” es “TENER” es “APARENTAR” es “DEMOSTRAR”…René Brown nos
da un mensaje revelador de lo que realmente es “SER”. Somos imperfectos, somos
vulnerables, tenemos
miedo, no siempre tenemos o hallamos las soluciones a nuestros conflictos y
precisamente ahí es donde radica nuestra belleza…nuestra imperfección nos hace más humanos. No durmamos nuestros miedos, nuestros
“fracasos” con pastillas, con alcohol, comiendo…aceptemos nuestra
vulnerabilidad y hagámonos amigos de ella. Si todos hiciéramos esto, nos
sentiríamos mucho mejor con nosotros mismos y con los demás, nos veríamos como
iguales y no como rivales o dignos de envidia. Nos sentiríamos en comunión los
unos con los otros. Quizás este sea uno de los grandes males de nuestra
sociedad, el no aceptar la vulnerabilidad como parte de nuestro ser y quizás
las palabras de René Brown sean reveladoras en este sentido.
Es decir si no reconocemos nuestra
vulnerabilidad, no podremos conectarnos los unos con los otros, y esa es la
razón por la que somos incapaces de afrontar lo inminente, las adversidades. En
la medida que nos unamos, seremos más fuertes.
“Si puedes reconocer tu vulnerabilidad
en la derrota,
aprendiendo de
la enseñanza y no viendo el fracaso,
y aceptar
humildemente tus victorias
viéndote entre
ellas como una más entre todos,
tuya es la
tierra y todo lo que hay en ella”
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