EL OJO EN EL CIELO


La relación entre la glándula pineal y el Sol es un emblema de la relación entre el hombre y el cosmos. Probablemente uno de los ejemplos más estimulantes y significativos del principio hermético más citado en el ámbito de la esoterismo: “cómo arriba, es abajo” (la holofrástica de la existencia). 
El prestigioso sitio de divulgación científica New Scientist publicó  un artículo en el que se citan una serie de estudios que investigan la relación entre las tormentas solares, el geomagnetismo y el comportamiento humano. Particularmente interesante es el trabajo del científico ruso Oleg Shumilov, quien, partiendo de la premisa de que muchos de los animales son sensibles a los campos magnéticos (¿y por qué no el ser humano?), investigó la afectación del geomagnetismo en la psique humana. Shumilov correlacionó datos de la actividad geomagnética de 1948 a 1997 y descubrió que durante los picos de actividad, de marzo a mayo, en julio y en octubre –detonados por tormentas solares– había un incremento paralelo en el número de suicidios en la ciudad de Kirovsk (un estudio en Australia y otro en Sudáfrica replicó el hallazgo de Shumilov). 
Otro estudio, realizado por Michael Rycroft, ex director de la Sociedad Europea de Geociencias, encontró una correlación entre perturbaciones cardiovasculares y perturbaciones geomagnéticas. Según Rycroft, problemas de salud geomagnéticos afectan hasta al 15% de las personas (así que tal vez tú seas una de ellos, por si querías descubrir el algoritmo de causas y efectos que determinan tu estado de salud actual). 
La glándula pineal es una glándula endócrina que yace entre los dos hemisferios cerebrales, a la altura del entrecejo. Aunque no se conoce bien a bien su funcionamiento –hasta hace poco más de 50 años se pensaba que era un excedente de la evolución sin una función determinada, acaso solamente el centro de numerosas especulaciones.

Hoy sabemos que por lo menos produce melatonina, una hormona cuya producción se ve afectada por la luz. La oscuridad, por ejemplo, hace que se secrete melatonina –y es por esto que nos es más fácil dormir en la oscuridad (pero en realidad diferentes longitudes de onda de luz hacen que se secrete melatonina en diferentes frecuencias). Esta hormona juega un papel también en el trastorno afectivo estacional (“la depresión invernal”); interactúa con el sistema inmunológico, tiene propiedades de anti envejecimiento y sirve como antioxidante.

Si bien es importante recalcar que para la ciencia actual la glándula pineal es todavía una región relativamente inexplorada, sabemos que contiene vestigios de una retina y parece operar como transductor magnético. Algunos científicos creen que las células pineales en todos los vertebrados comparten un ancestro evolutivo en común con las células retinales (no es quizás casualidad que la glándula pineal históricamente sea identificada con “el tercer ojo” o con un ojo dormido, literalmente parece que es un tercer ojo dormido) 
Aunque la producción de melatonina en la glándula pineal podría estar determinada por una conexión con los nervios ópticos, es interesante explorar la posibilidad de que esta pequeña glándula en forma de cono de pino tenga, en sí misma, una cierta capacidad foto receptora y magneto receptora. Recientemente se ha descubierto la presencia de minerales ferro magnéticos (es decir que pueden actuar como magnetos) en la glándula pineal. Un estudio realizado en la Universidad de Ben Gurion, en Israel, encontró la presencia de micro cristales de calcita en la glándula pineal. Los autores del estudio señalan que “estos cristales podrían ser responsables de una transducción biológica electromagnética”, lo que es sugerido por su “estructura y propiedades piezoeléctricas”
Que la glándula pineal podía ser un órgano para percibir una luz invisible (un campo magnético, por ejemplo) fue claramente atisbado por el pensamiento védico. En los Upanishads se habla del ser humano como una entidad compuesta por 10 puertas. 
Nueve de ellas (los ojos, las fosas nasales, los oídos, la boca, la uretra, y el ano) llevan hacia fuera, a la percepción del mundo exterior. La décima puerta, el tercer ojo (ubicado en el ajna chakra, en el entrecejo, en el caso de Shiva, entre una guirnalda de serpientes) es el puerto de acceso a los mundos interiores (al decir interiores la referencia es a las habitaciones interiores de la mansión de la mente de Dios, donde yacen los mundos superiores, las dimensiones astrales).
El  tercer ojo, también llamado el ojo de la mente, es un símbolo multicultural vinculado a la visión psíquica: mientras que los ojos ven hacia afuera todo lo material, el tercer ojo se referiría a la percepción de lo espiritual, mirando hacia adentro.
Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta – Carl Jung 
El tercer ojo es siempre, a través de diversas culturas, la apertura divina, es la visión holográfica dentro del ser humano.
Para los espiritualistas y diferentes religiones como el budismo o el hinduismo, el tercer ojo es el lugar donde se encuentra nuestra conciencia y el punto de unión con el mundo espiritual. Lo consideran el centro de la clarividencia y la intuición, y lo exteriorizan con un punto rojo entre medio de las cejas.
el ojo que todo lo ve
El tercer ojo ha sido ocultado en Occidente, para quedar enmascarado bajo el término del “ojo que todo lo ve”.
Es interesante notar que el autor masón estadounidense Mark Twain, en un escrito en 1899, se refiere al OJO QUE TODO LO VE no como el ojo de una deidad celestial distante sino como un regalo tangible que cualquier persona puede utilizar:
“El ojo común no ve más que la parte exterior de las cosas, y juzga mediante eso, pero el ojo que todo lo ve” penetra completamente, y lee el corazón y el alma, encontrando allí la capacidad que el exterior no indica o promete, y que de otro modo no podría detectar”.
Los fundadores de los EEUU, masones declarados, no eran ajenos a la simbología ocultista, como se puede Y la imagen de la pirámide truncada no sería otra que la mítica Gran Pirámide de Giza (a la cual justamente le falta su cúpula), símbolo del misticismo egipcio y de los conocimientos ancestrales ocultos. Evidenciar en el billete de un dólar en donde han rendido homenaje a la sabiduría ancestral.
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
09/02/2016
isachi63@gmail.com


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