El explorador de 76 años que ha descubierto una veintena de especies sólo necesita poco más de dos segundos para encender fuego
Desde que era adolescente no ha cejado su interés por la
exploración. A los 14 años, Brewer-Carías obtuvo una plaza como
asistente en el Departamento de Antropología de la Sociedad de Ciencias
Naturales de La Salle en Caracas, y descubrió, un año después, un
yacimiento arqueológico en las proximidades de su casa. Trabajando como
fotógrafo, a los 16 años tomó parte en una expedición para estudiar las
prácticas de pesca en la isla de Margarita. Obtuvo su doctorado en 1960 y trabajó como odontólogo durante casi dos décadas.
Además, obtuvo la licenciatura en biología en 1961. En ese mismo año
hizo su primera expedición a la parte superior del río Paragua, la cual
fue organizada con el objetivo de encontrar la ciudad perdida de San
José de Guirior.Unas peripecias que tuvieron sus consecuencias, aunque
ahora las relata incluso con humor. «Me prohibieron donar sangre porque
he sufrido todas las enfermedades de la selva: fiebre amarilla,
paludismo, picaduras de alacranes y ciempiés... Aunque la peor fue, por
raro que parezca, la de una hormiga.
Su picadura es mortal y dolorosa. Perdí el sentido durante ocho horas»,
relata. Solo una grave lesión le impidió emprender nuevas expediciones.
«Me dieron un tiro y tuve que abandonar la investigación durante dos años»,
comenta el veterano antropólogo. «Desde entonces, no he parado un solo
día de preparar nuevos objetivos». La próxima comenzará este noviembre.
Descenderá, junto a su hija Karem, al seno de unas cavernas a 2.600
metros de altura que solo han sido avistadas en helicóptero. Le
acompañarán 25 expertos en biología y taxólogos que comprobarán si ahí
habitan especies nuevas.Brewer-Carías no sólo se ha forjado una trayectoria
destacada en el mundo de los descubrimientos, además, ha coleccionado
logros en la política como Ministro de la Juventud,
en las ciencias con sus hallazgos submarinos en el pecio de la Flota
del Poniente del Rey Luis XIV. Se hizo célebre en el deporte con su
desempeño como paracaidista, como andinista, como nadador profesional.
En el campo de la investigación es conocido como el diseñador del más famoso cuchillo de supervivencia y combate.
Además de ser reconocido por haber dejado aportes en diversos campos
como en la botánica, la geografía, la historia, la etnología, la
arqueología, la antropología, la genética y la espeleología.Por sus venas circula la curiosidad insaciable y el empuje
instintivo de desvestir el mundo de quien acaba de nacer y todo le
parece nuevo. Sus ojos azules intensos han visto los lugares más
espectaculares y recónditos del mundo, pero su sed de vida es ilimitada. Brewer-Carías es una memoria viva de lo que esconde la naturaleza, de las bondades y bellezas que duermen en el Amazonas.
Penetrar la selva y cobijarse en sus entrañas es una experiencia que
pocos puede contar. Charles Brewer-Carías es uno de los afortunados que
con su tesón y conocimiento ha logrado hallar en el siglo XX y XXI
lugares inusitados por el hombre. «No deben ser especialistas, sino
enciclopedistas. Siempre deben estar aprendiendo», aconseja a los
«ruteros», que ya enfilan la recta final de su viaje por España y
Colombia. «Nunca dejen de ver, observar, descubrir y absorber todo lo que tiene a su alrededor. Tengan interés por todo lo que les rodea. Nunca dejen de sorprenderse, nunca dejen de ser niños».
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