MAS EDUCACION Y MENOS IDEOLOGIZACION
Vivimos en una época sedienta de paz, compromiso, convivencia social, igualdad social y donde a diario escuchamos decir que hay crisis social, crisis de valores. Ante esta contingencia,la educación es el protagonista central para formar en todos los ámbitos y niveles educativos sobre: educación en valores, formación personal, formación ética, etc. Por ello al aproximarnos a una definición de educación en valores lo hacemos como “un replanteamiento cuya finalidad esencial es humanizar la educación” “Una educación en valores es necesaria para ayudarnos a ser mejores personas en lo individual y mejores integrantes en los espacios sociales en los que nos desarrollamos” segùn lo afirman Garza, J y Patiño. Desde el hogar y luego en las aulas se debe educar para la paz, a enseñar y promover los valores que fortalecen el respeto a la dignidad de la persona y sus derechos inalienables, y es por esto que se presta especial atención al proceso de socialización y se pretende orientar la formación de los niños y jóvenes hacia los valores y actitudes que posibiliten un desarrollo social más justo y equitativo. Entonces hay que promover cambios significativos que conduzcan a la formación de un ser humano capaz de desenvolverse en una sociedad pluralista,en la que pueda practicarse como norma de vida la libertad, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad, el respeto, la paz y la justicia social. Sensibilizar, humanizar hacia el respeto de las individualidades, concientizar y capacitar a los hombres del mañana para que logren dar respuesta a los diversos retos que se les presenten, a traves del trabajo, la producción, desarrollo y bienestar dentro de la la sociedad. No sé que tan lejos o cerca estemos de este camino hacia la educación verdadera, lo que si es cierto, es que tanto padres, educadores, maestros, iglesia, y la sociedad civil tenemos esa tarea impostergable para corregir tantos errores cometidos, tanto tiempo desperdiciado en teorias erráticas y anacrónicas, modelos sociales ,políticos e ideologías desacertadas que nos han llevado a este desastre. Urge rescatar de la indolencia y el olvido a las semillas que se han perdido, a tantos jovenes que han equivocado el camino y escogieron el facilismo, los vicios, y desperdiciaron su valioso tiempo en torcer sus caminos, sin rumbo, sin la debida atención, sin una panorama cierto, un proyecto de vida definido, y por ende, jovenes sin mañana. «La educación
no crea al hombre, le ayuda a crearse a sí mismo» (M. Debesse)
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
16/02/2015
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