VISA PARA UN SUEÑO
La inseguridad personal, razones
económicas y la vorágine política venezolana son las causas de esta
emigración hacia Norteamérica mayormente, pero tambièn a otros destinos. La opción del “sueño americano” se ha
asentado entre ciudadanos venezolanos de clase media y alta en la última
década, y ellos van detrás de la green card. Y se están yendo familias enteras. Esto lo confirman las cifras oficiales
2010 del Servicio de Inmigración, que reporta que la quinta parte de los
venezolanos admitidos legalmente es menor de 18 años. Carlos Subero refiere en su libro "La triste alegria de emigrar" , que Estados Unidos admite un millón de inmigrantes anualmente. Sólo unos 10
mil son venezolanos. Canadá ingresa anualmente a 250 mil y apenas de un
mil a un mil 300 son ciudadanos de nuestro país. Las razones que esgrimen los jovenes para una separación de sus padres de este tipo es
la inseguridad, en primer término. Temen un secuestro, atraco, asesinato
y desean disfrutar de su juventud. No quieren vivir encerrados, al estilo de un
“toque de queda” permanente. En las fiestas decembrinas he visto tantos padres solos! En cada
familia faltan por lo menos uno o dos hijos. “Están en el exterior”. Los
padres no siempre pueden ir o los muchachos venir. Algunos padres deciden vender todo y emigrar junto a sus hijos; otros no
se atreven. No disponen de un patrimonio como para “botar todo por la
borda” y comenzar de cero en otro país. Se sacrifican dándoles esa
oportunidad a sus descendientes. La situación en que el gobierno ha sumido a Venezuela, ha logrado
la separación de nuestras familias, de sus tradiciones y raíces. Debido a
la enorme inseguridad e inflación, las familias están pagando además
del costo material, un costo emocional, sentimental y hogareño. Enormes
sacrificios deben hacer muchos padres para alejar a sus hijos de “esta”
Venezuela, y con ello los venezolanos se han convertido a la fuerza en emigrantes, se han visto coaccionados a abandonar al país, una
cultura, una sociedad determinada, y a adaptarse a otras reglas
socioculturales. Esto conlleva a una forma de descontextualizacion de las personas de su hábitat
habitual, desintegrando la identidad social y cultural, lo cual se
corresponde también con una pérdida gradual del sentido de la identidad
nacional, ya que toda identidad se construye o debilita a través de
procesos sociales en donde la interacción simbólica y la memoria
colectiva son elementos determinantes para que los individuos se
perciban y sean aceptados como parte de un colectivo. Esta emigración forzosa, desesperada, que tienen que recorrer miles de venezolanos obligadas y consecuencia derivadas de las circunstancias políticas, econòmicas, de escasez, y de inseguridad,
provoca una situación de desamparo y crisis que no sólo es física (falta
de trabajo y recursos materiales), sino que es sobre todo moral y
emocional. Cuando un venezolano abandona su país de un modo imprevisto,
sin poder pensarlo dos veces, casi por la puerta de atrás y sin hacer
ruido, lo que se produce es un corte radical en su vida que le costará
enormes esfuerzos superar, si es que alguna vez consigue hacerlo. Lo màs grave de esta migraciòn, de este viaje muchas veces sin retorno es como una gran barrera y que en muchos casos es insuperable. Me refiero al problema de la identidad nacional, social y cultural, que
va a tener su expresión en el desarraigo cultural. El venezolano en el exilio se ve
despojado en un momento de toda una vida pero también de una identidad.
Se le arrebata su país, su sociedad, su cultura. Llega a otra nación
donde en muchos casos se habla otra lengua, hay otras costumbres, formas
de pensamiento distintos... Es indudable que en una situación así se
produce una tremenda crisis de identidad, que da paso al desarraigo que se traduce en una multitud de sentimientos que tienen que ver principalmente con el
encuentro y enfrentamiento con una nueva sociedad en la que se
ven obligados a vivir durante cierto tiempo y, ante la cual, pueden
adoptar dos actitudes: la integración o la no-integración. Si no lo consiguen entonces desearían no sólo recuperar el espacio, sino también recuperar a su
familia tal y como la dejaron, el espacio de su infancia, recrear un mundo
que ya no existe más" . Es sumamente doloroso que ,habiendo sido Venezuela un país de inmigrantes, por esta situaciòn cada dìa mas insostenible, se haya convertido en un país de emigrantes, un país en donde su juventud, ya no
quiere ni puede estar.
"Al final, somos un retrato de una plaza vacìa. Un diario de mudanzas. Un exilio del verso y un adiòs sin despedidas." - Luis Angel Zola.
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
26/08/2014
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