DEFINIENDO AL VENEZOLANO
La venezolanidad vista bajo la òptica de Arturo Uslar Pietri, ciertamente, la concibe como un fenómeno
que tiene significación propia y cuyos orígenes se pueden remontar a la
misma época de la colonización, en donde españoles e indígenas, tuvieron
su primer encuentro en la Tierra de Gracia y más allá de ello, se
fundieron biológica y culturalmente para dar inicio a nuevas tipologías
raciales y sociales, que vendrán a ser características de la región.
Posteriormente, se sumará a ello, como es sabido, lo oriundo de África
con la introducción de los primeros negros esclavos a mediados del siglo
XVI, para darle aun más diversidad y complejidad a lo ya establecido
para aquellas épocas. Ser venezolano, es ser multifacético, complejo antagónico y pasional: es un ser
circunstancial en donde la razón está al servicio de las emociones y en
donde ese temperamento casi bipolar que carga la psicología del
venezolano hace que sus estados de ánimo varíen conforme se conciba y
moldee una circunstancia en un momento determinado. Esto, obviamente
convergerá con otra característica del venezolano: su modo de ser
impredecible, el no saber a ciencia cierta como reaccionará hacia un
hecho en particular o como se verá influido por el mismo. Venezuela es una ensalada de gustos. Es un pasticho de tendencias. Dicen
que somos "panas", "chéveres", "bochincheros", que nos gusta la
"guachafita", la parranda y el guaguancó. Así nos ven y así nos vemos. Y
no es sólo una percepción: varios estudios lo confirman y nos tildan
como una población feliz. Lo que esto demuestra es un gran apego por lo local y un sentimiento de arraigo al país,
según la opinión del psicòlogo Axel Capriles, quien además considera que "Amamos lo nuestro y queremos
principalmente estar en nuestro país y con los nuestros". Todo estas caracteristicas se han revertido vertiginosamente en los ultimos años, de alegres hemos pasado a enojados, preocupados, alterados... Si de algo podíamos presumir como sociedad era de esa extraordinaria
capacidad para compartir, abriendo de manera sincera, sin prejuicios ni
discriminación, mentes, corazones y hogares a todo aquel que pudiera
requerir nuestro apoyo para hacerle frente a las dificultades, siempre
con alegría y una sonrisa en el rostro, con ánimo y disposición, sin
importar su color, su origen o condición... pero ¿qué nos pasó?, ¿qué
sucedió?, ¿por qué ahora pareciera que es más importante saber y
recalcar a qué raza pertenecemos que el sentirse venezolano?, ¿es que
acaso no era suficiente con dividirnos de acuerdo con nuestra
orientación política? Leonardo Padròn, escritor y poeta nos aproxima al venezolano de hoy : El venezolano es una sonrisa que oscila
entre el descreimiento y la ilusión. Un espíritu astuto y
callejero, emboscado entre la fiesta y la abulia. Cultivamos la
lujuria y la amnesia, el abrazo y la apatía. Somos seres ruidosos y
conservadores, esnobistas y ligeros de sangre. Magníficos para los
días de sol y, por lo tanto, condenados a la eterna juventud. Dignos
hijos del bolero y la imaginación. Extraños alquimistas proclives a
transformar la política en chisme y el petróleo en dengue. Somos a
su vez, un catálogo de buen humor y malas estadísticas. Tan
enamoradizos y apetentes de afecto que cualquier malabarista iletrado
nos convence. Y, sobre todo, somos dueños de una preciosa paradoja:
a pesar de tener una colección de pésimos gobernantes somos
inauditamente felices”. En definitiva, màs allà de la conflictividad diaria, la daitriba polìtica, la diversidad de ideas y de dogmas, de la pesadilla de pais en que vivimos, debemos como sociedad rescatar y preservar nuestra esencia y sello de venezolanos autenticos, que no perdamos lo mejor que ostentamos como es la solidaridad, la alegria, el buen humor. Que no perdamos de vista lo que siempre que siempre nos caracterizò: la hermandad ante el mundo, que siempre tendamos la mano a los demàs, y quienes han venido huyendo de otros paìses, en busca de un hogar para vivir y crecer sus hijos ha sido aqui, en donde siempre les hemos brindado solidaridad y fraternidad pura, donde los hemos acogido como nuestros. Es hora de recuperar al venezolano que fuimos y decantarlo de tanto odio y divisiones, que renazca el multicolor, el del gentilicio, el ser humano alegre y optimista que fuimos...
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
28/08/2014
Comentarios