LA INDIA Y SU ESPIRITUALIDAD
Segun las enseñanzas de Paramahansa Yogananda, la India es la primera nación que desarrolló los métodos
espirituales que pueden conducir al ser humano a la realización del Ser.
Todas las religiones tuvieron su origen en India, o han recibido
influencia de sus escrituras milenarias. No en vano, India es la nación
que más santos ha dado y precisamente para conocer esta realidad, no es
preciso profesar una creencia religiosa en particular; lo importante es
conocer el método para establecer contacto con Dios y pienso que India
tiene esa ciencia. Alli los santuarios y templos de cualquier parte y religión, son venerados
como centros nucleares del poder espiritual, pero cuando se descubre a
Dios en nuestro interior, se percibe en el exterior en todas las
formas”. “Un hombre que no se inclina ante nada, jamás podrá soportar la
carga de sí mismo” decia Dostoievski . Allí precisamente en la India se originó El ashram , el cual es una comunidad espiritual, en la que, por norma
general, conviven un guía espiritual y sus discípulos, y donde todos
aspiran a vivir centrados en la búsqueda de lo trascendente, dedicando
una parte importante del día a la la lectura, al estudio, a la meditación,
al yoga y a otras prácticas contemplativas. El estilo de vida es
austero y sencillo para facilitar la concentración de los residentes,
que pasan buena parte del tiempo en silencio. El residente de un ashram
realiza un potente ejercicio de introspección en busca del despertar de
su conciencia, o lo que es lo mismo, de la iluminación espiritual. Cuna de Siddharta, de Buda, Gandhi, de la Madre Teresa de Calcuta, el hinduismo no es una filosofia de vida es una integración de creencias metafísicas, religiosas, cultos, costumbres y rituales que conforman una tradición.
A pesar de la devastación que crea la miseria, la
India ha legado a la humanidad una gran cantidad de sabios, de maestros
de la gran profundidad humana. El castigado pueblo indio. Dehli, Benarés, Jaipur, Agra. ¡Cuanta miseria! Pobreza de todo tipo.
Benarés no es una ciudad, a pesar de sus dos millones y medio de
habitantes; es una interminable ruina, habitada por gentes, que no
puedes saber de qué viven. Sin servicios de limpieza eficaces, con
vacas, perros, cabras, cerdos deambulando libres por las calles; sin
semáforos ni orden ninguno en un tráfico inmenso de rickshow,
bicicletas, motos, algunos coches, unos pocos autobuses desvencijados,
circulando por calles sin asfaltar o mal asfaltadas, sin aceras, sin
líneas en el suelo que marquen quien va por la derecha y quien por la
izquierda. El tránsito de la ciudad es como la vida de sus habitantes:
una lucha por la subsistencia. Las gentes, en su gran mayoría viven por debajo de los niveles de una subsistencia digna. Pienso que sus creencias en algo más sublime y etereo, lo que los conecta con lo espiritual, los hace mirar más allá, sobre sus pobrezas materiales, y trascender a otros planos superiores.Posiblemente quede la conciencia de que hay más
que la vida cotidiana de unos pobres animales como nosotros; y que ese
“más” es benévolo; y que esa conciencia es fuente de paz, luz y
aceptación de nuestra condición.
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
23/01/2014
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