CHARLES DICKENS: UNA CELEBRIDAD GLOBAL
A
200 años de su nacimiento, se ha decretado como El año Dickens, en honor a su
bicentenario…Novelista inglés y
uno de los escritores más conocidos de la literatura universal. Vemos como en
su extensa obra, combinó con maestría narración, humor, sentimiento trágico e
ironía con una ácida crítica social y una aguda descripción de gentes y
lugares, tanto reales como imaginarios. Nacido el 7 de febrero de 1812, en
Portsmouth, pasó la mayor parte de su
infancia en Londres y Kent, lugares
que aparecieron con frecuencia en sus obras. Comenzó a asistir a la escuela a
los nueve años de edad, pero sus estudios quedaron interrumpidos cuando su
padre, un pequeño funcionario afable pero despreocupado, fue encarcelado, en
1824, por no pagar sus deudas. El joven Charles se vio obligado, pues, a
mantenerse por sí mismo, y entró a trabajar en una fábrica de tintes, ubicada en una zona industrial de Londres, insalubre
e infestada de ratas, donde las jornadas se prolongaban durante 10 horas, con
una pequeña pausa para comer. El salario era de seis o siete chelines a la
semana (unos 30 euros en la actualidad). Fue el acontecimiento más importante
de la vida de Charles Dickens, pues, es esta desagradable experiencia, que más
tarde describiría, sólo levemente alterada, en su novela David Copperfield (1850), la que le
produjo una sensación de humillación y abandono que le acompañó durante el
resto de su vida. Entre 1824 y 1826 asistió de nuevo a la escuela, aunque la
mayor parte de su educación fue autodidacta. Entre sus libros favoritos se
encontraban los de algunos de los grandes novelistas del siglo XVIII, como
Henry Fielding y Tobias Smollet, cuya influencia se puede percibir con claridad
en sus propios escritos. En 1827 consiguió un trabajo como secretario legal y,
tras estudiar durante un breve periodo de tiempo el oficio, se convirtió en
periodista en el Parlamento, lo cual le habituó a realizar precisas descripciones
de hechos, cualidad que aplicaría posteriormente a su obra narrativa. Marx escribió sobre el autor de” Grandes esperanzas”-“que había
proclamado más verdades de calado social y político que todos los discursos de
profesionales de la política, agitadores y moralistas juntos”. “Siempre ha
estado presente, nunca ha dejado de ser una fuerza viva de la cultura
británica”, señala Ackroyd, autor de numerosas biografías, de Shakespeare y de Londres. “Dickens
está en todos los ámbitos de la cultura británica”. Recientemente, la BBC
publicó en su página web un reportaje titulado Las seis cosas que Charles Dickens dio al
mundo moderno: la celebración de las navidades gracias al impacto que tuvo Canción de Navidad, la
denuncia de la pobreza, los personajes de la comedia moderna, el cine (no, no
le confunden con los hermanos Lumière, Eisenstein dijo que los cimientos del
séptimo arte fueron edificados por Griffith basándose en ideas de Dickens como
el montaje paralelo o los primeros planos, los nombres de los personajes llenos
de simbolismo y nuestra visión de la ley y el derecho. Su genialidad no puede
separarse de su vida. Es imposible estudiar a Dickens de forma aislada, tiene
que ser observado en el contexto de su época y de su vida en Londres. Una parte
muy importante de esa fuerza se la dio la ciudad en la que vivió y en la que
situó la inmensa mayoría de su obra. “Londres y Dickens van juntos”, afirma
Alex Werner. “Londres influyó tanto a Dickens que se puede decir que su genio
dependió del entorno londinense, fue un gran visionario que vio en las calles
de Londres un universo entero, de alegría, de sufrimiento. Los dos estaban
profundamente conectados y entre los dos crearon el más maravilloso retrato de
la humanidad en el siglo XIX”, según Peter Ackroyd. Pero Dickens no se limitó a
describir y a captar la esencia de esa transformación: luchó por cambiar las
condiciones de vida. Y en cierta medida lo logró. Como explica Steven Pinker en
su magnífico e influyente ensayo The
better angels of our nature, una investigación sobre el descenso de
la violencia en Occidente, “Oliver
Twist y Nicholas
Nickleby abrieron los ojos de la sociedad sobre los malos tratos a
los niños en los albergues y orfanatos. En esa ciudad de las grandes esperanzas
de Pip, la miseria infantil de Oliver Twist y David Copperfield, un joven se
vio obligado a trabajar en una fábrica de betún en una sociedad que cambiaba a
toda velocidad y un escritor trató de construir todo su mundo sobre ese
vértigo. Como escribe Ackroyd: “En su obra lo real y lo irreal, lo material y
lo espiritual, lo concreto y lo fantástico, lo mundano y lo trascendente
conviven en precario equilibrio, solo resuelto por el vigor de la palabra
creada. En eso consiste la magia de Charles Dickens”."Este bicentenario
debería ayudarnos a renovar nuestro compromiso con las grandes desigualdades de
nuestros días", dijo el Dean de Westminster, John Hall, refiriéndose a la preocupación de Dickens por
la justicia social tanto en su obra como en su vida. “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de
la sabiduría y de la tontería, la época de fe y la época de la incredulidad, la
estación de la luz y de las tinieblas, era la primavera de la esperanza y el
invierno de la desesperación” (Historia de dos ciudades) .El autor murió en
su casa cerca de Rochester en Kent en 1870 con 58 años, y fue enterrado en la
Esquina del Poeta de la Abadía de Westminster.
ISABEL
VIRGINIA CHIRINOS FLORES
16/04/2012
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