SER HUMILDE
La humildad es una virtud, que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades para obrar de acuerdo con ello, y también es callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. O como indican las enseñanzas del Tao Te Ching, que una persona sabia y humilde actúa sin proclamar sus resultados, archiva sus méritos y no se queda arrogantemente en ellos, pues no desea demostrar su "superioridad" ante los demás…Ya forma parte de nuestra cotidianeidad ver a personas hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, explicándolo muy bien el antiguo adagio que reza: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace". Son tantas las personas que lucen tan vacías, que están llenos de sí mismos, ensambladas en su propio ego y ocupadas en sus autoalabanzas, que no escuchan a los demás, se aíslan dentro de una burbuja donde viven para si. En la medida que practiquemos la humildad, en esa misma medida dejaremos hacer y dejaremos ser; si aprendemos a prescindir de la arrogancia, reconoceremos las capacidades físicas, intelectuales y emocionales de los demás. Por tanto, y contrario a lo que muchos creen, el verdadero signo de la grandeza es la humildad.
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