A la ciudad de los techos rojos

Caracas al principio fue habitada por grupos indígenas conocidos como los arawak y kariña, los cuales se destacaron como aguerridos defensores de su libertad, y debe su nombre a los etnias apostados en los valles costeros del norte, para luego ser fundada como Santiago de León de Caracas. La sultana del Ávila ha sido testigo de innumerables luchas por la libertad, con sus famosas esquinas, con su catedral, su teleférico; cuna de grandes hombres y artistas, Reverón con su castillete y musa de Cabré…Sitio de encuentro del arte, la cultura y el modernismo. Caracas hoy luce volatizada, despeinada, dividida en dos polos, en dos colores, plagada de manifestaciones, de protestas, del bullicio y de la anarquía…A 444 años de su fundación, esperamos que recobre su imagen de ciudad creativa y educada, donde los espacios públicos se retomen como sitios de encuentro y recreación, donde la cultura tenga una dimensión transformadora y emancipadora, que fomente la libertad, la igualdad, la autoestima y el derecho a ser ciudadanos, para seguir su ejemplo, el que Caracas dio.