¿POR QUÉ TEMEMOS TANTO A LA DEMOCRACIA? por José Tarrazó
Los pueblos y las naciones con sus habitantes han pasado por toda clase de regímenes, cada situación nos ha traído una manera de gobernar y de enfocar los distintos problemas económicos, socio-culturales, religiosos y de toda índole. Pero los hombres, en el fondo tenemos impetrado un dictador en el fuero interno disfrazado de un color y una idea a la cual solemos llamarla libertad; pero lo que subyace es poder gobernar al precio que sea. “El mar estaría calmo y tranquilo si los vientos no lo moviesen y turbasen, y el pueblo sería pacifico y dócil, si sediciosos oradores no lo pusieran en movimiento y lo subvirtieran.” (Bacon).
La demagogia o verborrea, que es como una mercancía que se vocifera desde los escenarios, pretende engañar a los individuos con florituras y humos que no son realidades de los problemas que nos aquejan, y nos tienen sumisos al grito de quien da más y lo hace mejor…Mil excusas y razones se ponen en la palestra para vendernos las baratijas de no importa qué crisis: pero la crisis la padecen los más débiles; los políticos van cobrando sus sueldos, estos no ingresan en las filas de los parados, de los que sin remisión tienen que cerrar su pequeña empresa estando endeudados hasta el moño, y el que sale de una empresa difícilmente recupera su trabajo. Así pues, la mal llamada democracia hace agua por todos lados y son pocas las voces que denuncian esta situación consentida, de anarquía instalada en nombre de la democracia; más bien estamos instalados en una partitocracia, donde unos tapan a los otros. Los nacionalistas sacan pingües beneficios en detrimento del que tenga que gobernar, y con pocos votos apoyan a los que lo necesitan, estos se venden por unas prebendas económicas, ¡claro que esto está contemplado en las leyes vigentes! Y a tragar sin rechistar…
¿Para cuándo se modificará la ley electoral? Y habrán listas abiertas y que cada ciudadano pueda votar a quien quiera sin necesidad de tragarse una lista entera sin mirar el color, sino a la persona más preparada y honesta. “La honradez y la utilidad son el fundamento de todas las acciones”. (Cicerón). Nunca he observado que la honradez de los individuos aumente su riqueza, sólo algunas manzanas podridas son los que dilapidan y se hacen ricos; estos deben de ser apartados de la vida política, sin contemplaciones. Pues las personas son dignas de elogio cuando su ética está por encima de su pensamiento político; estos trabajan por una sociedad mejor y más justa, son equitativos, no son altaneros, sino más bien tendrían que ser servidores de la humanidad. Los individuos emplean la hipocresía para engañarse a sí mismos, acaso más que para engañar a los demás, y esto crea la desconfianza de los individuos, creando apatía y rechazo que se convierte en desilusión; son muchos los ciudadanos que no creen en el sistema político actual: o se crea otra clase política o el fracaso continuará. Otra de las asignaturas pendientes en las incipientes democracias, es la justicia. Administrar recta justicia a todos, recompensando la virtudes y el patriotismo, castigando a quienes han infringido las leyes; es necesario más que nunca no hacer de la justicia un poder frívolo ni partidario, y dar a Dios lo que es de Dios y al césar lo que es del césar. ¿Cuándo seremos capaces de establecer la democracia y el sentido común entre los individuos?
José Tarrazó
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