Todos somos responsables
“La comitiva pasó por la calle; soldados fuertemente armados llevaban a un condenado a la horca. “Este hombre no tenía arreglo” comentó un discípulo a Nasrudin. “Una vez le di una moneda de plata para ayudarlo a levantarse de nuevo en la vida y no hizo nada importante”. “Quizás él no sirva para nada, pero puede estar ahora caminando hacia la horca por tu causa” respondió el maestro. “Es posible que haya utilizado la limosna para comprar un puñal, que terminó usando en el crimen cometido; y entonces tus manos estarán también ensangrentadas, porque en vez de ayudarlo con amor y cariño preferiste darle una limosna y librarte de tu obligación”- (Historia sufí). Bien dicen que el hombre es del tamaño de su responsabilidad, que se crece en la medida que va adquiriendo retos y compromisos. Cuantas veces no aceptamos por miedo, por incapacidad o por justamente no ser responsables las tareas, deberes o trabajos a los que nos debemos? Muchos piensan que se lo merecen todo, pero olvidan que nada es gratis en la vida, y es muy simple: que sabor tiene obtener algo sin haberlo conseguido con esfuerzo? Herramientas como el estudio, el trabajo, y la perseverancia nos ayudaran en gran medida a forjar el carácter desde que somos niños, y no es que se pretenda aligerar la adultez prohibiendo al niño ciertas libertades, pero en realidad eso los harán los hombres seguros del mañana. Una cosa conlleva a la otra, es decir sin esfuerzo, sin constancia y sin sacrificio no se consiguen las metas y por ende los triunfos. Actualmente es muy común ver a muchos jóvenes a la deriva, sin verdaderas ambiciones, sin una delineación de lo que quieren ser en realidad, lucen inconformes, distraídos y les da igual estudiar o no, parece que han perdido el verdadero norte…Y los padres siempre vamos a ser los responsables por ayudar a labrarles el camino a seguir, aunque nos resulte difícil y tedioso, pero con mucho amor y carácter.
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