Renovación
Pareciera que el país tiene los oídos tupidos de suberina, haciendo caso omiso a llamados, sobre todo los de conciencia, muchos parecen bisojos, ante situaciones difíciles que requieren de nuestra atención. Creen muchos que los lampos perecen dando paso a un ocaso lánguido…Mas bien se necesita la renovación de la esperanza, de soñar un país grande, próspero… No malgastemos energía en malos augurios ni derrotas, por el contrario actuemos civilmente, con organización, unidos y comprometidos con el propósito de enrumbar a la patria con el deseo inconcuso de recuperar espacios dejados a la deriva, y no seguir bebiendo del tósigo de los que apuestan al fracaso. Cada día es una muy buena oportunidad para renovar el ímpetu de ser mejores y en esa medida el mejor país.
22/07/2010
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