Boomerang


Algunos piensan que las palabras que se lanzan al viento, se pierden, y no es cierto. Se supone que las cosas que decimos las pensamos y las sentimos antes de expresarlas, y entonces no podemos pensar que se dicen por decirlas, es indelicado, e irresponsable, porque las palabras son el medio que tenemos de exteriorizar nuestros pensamientos e ideas. En muchas ocasiones se revierten esas mismas palabras que tan alegremente lanzamos al vacío, y nos afecta. Ocurre igual con nuestros actos, con nuestra manera de proceder, hacemos cosas o dejamos de hacerlas, y en un determinado momento, esas mismas acciones nos toca enfrentarlas, porque dentro del ciclo de la vida, todo oscila y rota alrededor del mismo eje, no hay nada que quede por fuera o excluido. Todos en cualquier momento, volvemos al principio, al punto donde comenzamos. La enseñanza de Jesús: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, o “No le hagas a los demás lo que no te gustaría te hicieran a ti”; nos puede parecer tan simple pero tan difícil de poner en práctica, porque siempre pensamos en nosotros, y no tomamos en cuenta que la venganza, el rencor, y el odio no son armas, solo son excusas para esconder bajo ellas, nuestra falta de personalidad, nuestra inmadurez, y muchas veces nuestra incapacidad afrontar las dificultades. Es cuando el boomerang nos lo regresa la vida misma, a pasar factura, o a recordarnos en el mejor de los casos, que tenemos deudas pendientes, y que tenemos que saldarlas...

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