LA CIUDAD

Amanece un nuevo día, sin aclarar , sin muchas ganas, aunque para muchos es la continuación del anterior. Cada quien va tras su propósito sin descanso pero con la incertidumbre de afrontar una realidad que cada dia luce más irrisoria y  oscura . Personas que caminan y llevan a rastras sus pesares gente que  reflejan rostros de  angustia.  Las calles de la ciudad muestran el bullicio de quienes las transitan en búsqueda de oportunidades, de algo para comer o hasta una medicina. La calle pareciera también ser el desahogo de quienes luchan a diario para exclamar y reclamar que han sido olvidados y proscritos ante la inhumanidad y la falta de misericordia. El hambre y la miseria pululan entre los vericuetos de la ciudad, conciudadanos en el piso derrumbados por la desidia, arropados con la ceguera de los gobernantes, invisibles ante la justicia. El futuro del país se diluye, y más aun cuando sus caritas nos rebotan en los parabrisas del carro implorando algo para comer. La ciudad se debate entre sobrevivir o morir.  La tristeza y la desolación lucen inamovibles y sempiternas en este país. Y al ocultarse el sol la indigencia inunda las oscuras calles para ser dormitorios en escaleras y entradas de edificios y locales; terminando otro día sin lograr rescatar la dignidad de los que algún día tuvieron, y en esa añoranza los alcanza el sueño y el cansancio, sin saber si habrá un mañana...

ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES

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