PAÍS EN DECONSTRUCCION


Poco a poco nos hemos convertido en menos, nos hemos achicado, somos gotas de agua dispersas. Diseminadas en un mar de lamentos, en esta Venezuela tan particular, donde conviven realidades tan disimiles pero que siempre convergen en una sola: un país en ruina tanto en su aspecto en conjunto como moral, aislado, minimizado, desgastado y extenuado.  Se ha venido deshaciendo, fraccionando, disuelto y destruido. Llegamos a este desastre por errores y lecciones no aprendidas, pero más que eso,  es la falta de conciencia colectiva que nos impide  ver mas allá de una escasez, de no tener el cupo de dólares electrónicos, o no ligar un carro en Venezuela Productiva. La viveza criolla nos ha colocado tanto dentro como fuera de nuestras fronteras como mal vistos, ya no somos bienvenidos.   El país se está fugando por un caño, y nadie hace nada, involucramos a la comunidad internacional enviándole SOS que no son escuchados con atención,  mientras el país se desmorona. Cada venezolano tiene que recapacitar y tomar su papel que le toca como ciudadano y rescatar lo esencial: ser mejor y no venderse a la comodidad, no prostituirse ante la corrupción, y no venderse ante el facilismo y la dádiva que absorbe conciencias y resetea  valores como honestidad dignidad e integridad. Tenemos que pasar al modo “unplugged” a todos aquellos que no han querido dejar de vivir de los negocios con el desgobierno, y que  no les importa que a costa de miles, pocos son los que se favorecen. Divididos, pero más que eso,  la poca capacidad de desmontar ese espejismo en que han sucumbido los que votaron por una fórmula que los iba a remontar en la cúspide de un socialismo que los iba a reivindicar dándoles lo que se les había negado, sin lograr siquiera que tengan lo básico como lo son vivienda, servicios, educación, salud, seguridad y alimentos. No pudieron satisfacer las necesidades más elementales, pero si corrompieron, compraron, destruyeron, y perpetraron a nombre de un pueblo engañado, los peores crímenes jamás vistos durante la Venezuela Contemporánea. Hemos quedado en el solar de América Latina, ahora lucimos devaluados, paupérrimos, defenestrados por una política ruinosa canalla y perfidia. El conformismo y el miedo nos arrodillaron, nos convencieron que tenemos que esperar a un salvador. Y mientras incapaces de valorar la realidad, esperamos silentes, que el milagro suceda…La lección es dura, y la estamos pagando  con creces, aun a pesar de la ceguera colectiva, muchos opinan que nos falta mucho por ver, otros optaron por no esperar y se fueron, y los que aun seguimos aquí, luchamos por sobrevivir, entre la diatriba de terminar de convencernos que solo con el determinismo de deshacer todos los errores cometidos que constituyen la palabra país, y no con la intención de destruir sino por el contrario, crear y construir uno nuevo, desde la base de la revisión, de nuevos paradigmas, de la crítica positiva, frente a grandes descalabro, podemos y tenemos la misión de ser sensatos y enfrentar la realidad, ya no buscando culpables que fue lo que nos llevo a esto, en no reconocer y admitir las culpas. Comprometidos más que preocupados, hay que lanzar una estocada a esta crisis que nos arropa, a todo nivel para así, buscando los puntos que nos atraen. Invirtiendo lo justo en lo que es justo. Pensando en buenos proyectos y no en grandes espectáculos. Olvidemos la gestión convencional y demos una vuelta de tuerca a la manera de hacer las cosas. Actuemos colaborando todos los implicados, gerentes, profesionales, industrias, empresas, público. Funcionemos buscando la mayor participación posible. Investigando modelos sostenibles enfocados  al servicio de los intereses de los ciudadanos, que después de todo somos todos. Busquemos alianzas público-privadas facilitadoras de procesos creativos rentables. Pensemos en las personas y dejemos de lado protagonismos innecesarios. Sólo si somos capaces de actuar conjuntamente, rebajando nuestras expectativas personales,  lograremos sacar adelante al país con mayúsculas y los proyectos que le hacen crecer y que ayudan a conseguir una sociedad más justa, crítica, responsable y coherente.
Deconstruyamos, recuperemos el aliento, e intentemos como Jean Jacques Rousseau, desde cero, borrando el pizarrón y reescribiendo la nueva historia…
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
isachi63@gmail.com
Twitter: @chiriflo
Instagram: @chambelon


Comentarios

Entradas populares