ADIOS A GUNTER GRASS, EL TAMBOR DE HOJALATA QUE SE NEGO A REDOBLAR

El escritor alemán Günter Grass ha fallecido hoy a los 87 años. Galardonado con el Nobel y el Príncipe de Asturias de literatura, fue autor de una docena de novelas, además de obras de teatro, ensayos y (polémicas) memorias.Hombre de izquierdas, polémico, que nunca cesó de confrontar a su país con su pasado nazi, Grass fue el escritor alemán de la segunda mitad del siglo XX más conocido en el extranjero. Pero será especialmente recordado por 'El Tambor de Hojalata', llevada al cine por Volker Schlöndorff en 1979.Como recordarán, el film era la crónica del auge y caída del nazismo visto desde la perspectiva de un niño, Oscar (David Bennent), que se resiste a crecer y que, tras una prolongada educación sexual a cargo de su cuidadora, acaba formando parte de un grupo de bufones de baja estatura en la decadente corte del Tercer Reich. Y contenía una serie de imágenes realmente inolvidables, de la pesca de anguilas con cabeza de caballo muerto al suicidio de la madre por medio de atracón de sardinas, culminando con la muerte del padre atragantándose con la insignia del partido por miedo a los rusos, que entraban en la capital del imperio que se hundía. Siempre próximo al partido socialdemócrata, Grass encajó las más severas críticas de sus detractores al revelar en el primer volumen de sus memorias, 'Pelando la cebolla' (2006), que en su juventud, durante unos meses, como otros tantos miles de alemanes entusiastas, formó parte de la Waffen SS. ara la cinefilia internacional, Grass siempre será sinónimo de cabezas de caballo llenas de anguilas, madres que se suicidan en el retrete comiendo sardinas o solícitas cuidadoras rubias que inician en el sexo a ese niño eterno que, con su tamborcillo y sus gritos agudos, destroza los vidrios de todo el vecindario.
Los innumerables  honores que recibió el autor alemán durante su vida sería inacabable, pero, según llegó a confesar el propio Grass, uno de los que más apreciaba era el «Hidalgo», que la Asociación Presencia Gitana le concedió en 1993. Porque, tan importante como su obra artística y literaria era su constante defensa de los derechos humanos y su permanente compromiso moral con la época que le tocó vivir.

ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
13/04/2015

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