JUAN PABLO II : Una vida signada por milagros


“No tengáis miedo!» No son palabras dichas porque sí, están profundamente enraizadas en el Evangelio; son, sencillamente, las palabras del mismo Cristo”.
Aquel hombre eslavo de nombre  Karol Wojtyla, nacido en Wadowice, Cracovia en  1920, estuvo  destinado a una vida signada por los milagros. Su madre era una ferviente católica, y se las arregló para que su hijo naciera cerca de un templo, pues quería que lo primero que oyera su hijo fueran los "cánticos a Dios". Cuando Karol aún era muy pequeño, su madre le decía a otras mujeres: "Verán que mi pequeño Karol será una gran persona"…y en verdad no se equivocó. De allí que, luego de morir su madre,  le gustaba ir a rezar y descansar en Kalwaria Zebrzydowska , santuario polaco dedicado a la Nuestra Señora de los Ángeles.  Más allá de ser el sucesor de Dios en la tierra,  fue elegido Sumo Pontífice, constituyéndose en el primer Papa no italiano en 400 años, y también fue un  hombre de mucho sufrimiento y pruebas que lo estaban preparando y fortaleciendo para la enorme tarea a que habría sido encomendado mas tarde. De una  infancia dolorosa por perdidas de sus padres y hermanos, padeció  el horror de la guerra, en la que ayudó a salvar a muchos judíos del holocausto, fue un obrero activo, actor, deportista, dramaturgo (escribió El taller del orfebre, convertida en ópera rock y siendo presentada en España en los inicios de los años 1980).un humano de excepción… Sufrió dos atentados,  (en el primero existe una foto donde la Virgen María lo toma en sus brazo al caer luego de los disparos) que no pudieron detenerlo en su misión evangelizadora por todo el mundo, es por ello que no en vano le llamaban “El Papa Peregrino”, pues  fue el líder mundial que más ha viajado en la historia. Juan Pablo II ha sido aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX, recordándoselo especialmente por ser uno de los principales símbolos del anticomunismo y por su lucha contra la expansión del marxismo por lugares como Iberoamérica, donde combatió enérgicamente al movimiento conocido como la teología de la liberación, con la ayuda de su mano derecha, a la postre sucesor, Joseph Ratzinger. Jugó asimismo un papel decisivo para poner fin al comunismo en su Polonia natal y, finalmente, a todos los de Europa, así como para la mejora significativa de las relaciones de la Iglesia católica con el judaísmo, el islam, la Iglesia ortodoxa oriental, y la Comunión.  Fue uno de los líderes mundiales más viajeros de la historia, visitando 129 países durante su pontificado, hablando además los idiomas siguientes: italiano, francés, alemán, inglés, español, guaraní, portugués, ucraniano, ruso, croata, el esperanto, griego antiguo y latín, así como su natal polaco. Como parte de su especial énfasis en la llamada universal a la santidad, beatificó a 1.340 personas y canonizó a 483 santos, más que la cifra combinada de sus predecesores en los últimos cinco siglos. Sus escritos, sus visitas a los países y sus múltiples intervenciones en organismos internacionales como la ONU, ofrecieron una oportunidad de levantarse como “la voz de los que no tienen voz”. En particular escuchando el clamor de los pobres, marginados y privados de la libertad. No tuvo temor en denunciar los excesos tanto del sistema comunista como del sistema capitalista, proponiendo vías alternativas desde su magisterio social. Así mismo, Papa fue un trabajador incansable por la paz y un opositor a la guerra y a la violencia. Medió con éxito diferentes conflictos internacionales, por ejemplo el conflicto entre Chile y Argentina. A Karol Wojtyla se le atribuye el milagro de la curación de Parkinson en la hermana Marie Simon Pierre, junto a más de 270 casos registrados y otros tantos más que la gente afirma fueron gracias a su mediación. Fue declarado Venerable en vida, y luego de su muerte nombrado Beato.  A lo largo de su  Papado como Juan Pablo II conmovió y llegó a los corazones de todo el mundo. Fue un hombre que fomentó la paz, la fe y la cordialidad entre los hombres. Respetado y querido por todos, no importa si se es budista, musulmán, asiático, latinoamericano o  eslavo, el mundo lo recordará como un gran líder que traspasó todas las barreras y que llevó su mensaje de amor por la tierra. En su agonía, le dictó a su secretario, Stanisław Dziwisz, una carta en la que decía: "Soy feliz, séanlo también ustedes. No quiero lágrimas. Recemos juntos con satisfacción. En la Virgen confío todo felizmente".

ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
15/04/2012





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