CUANDO EL PODER SE LES SUBE A LA CABEZA...

El cambio de personalidad que perturba a tantos
dirigentes por su acceso al poder manifiesta cómo es de débil la
naturaleza humana que aun los que parecen más favorecidos de inteligencia se
dejan atrapar hacia la ficticia realidad de considerar el mundo como les
gustaría que fuese y no como en realidad es. La fijación mental de ese desorden
se construye proporcionalmente al aislamiento intelectual de quien impone su
verdad, tanto como su poder se lo permite, redibujando la realidad circundante
en el monocromo de su visión trascendental.
El origen del desorden mental que causa el poder está en la difícil conceptuación filosófica del mismo, ya que se tiende a concebir como una propiedad del sujeto, cuando en realidad el poder no corresponde sino a una cesión de orden constituida por el grupo social, a quien pertenece plenamente la deriva de todas las relaciones sociales. El poder, por mucho que se manifieste como un personalismo del que dimana la erección de una estructura social, es tan sólo: o una imagen subjetiva de la realidad, o una represión tiránica de la libertad.El poder existe y se concreta en las personas que lo poseen y lo ejercitan, ¡Toma cuerpo y presencia, en los gobernantes, en los que mandan!. Habita o cohabita en o con las instituciones.
"El poder acusa, recusa, te usa, oprime, reprime y comprime, sospecha y se pecha, inclina, reclina... declina, anima, reanima y conmina, cita y transita, encamina y te camina, es gracia y desgracia, es lento y violento. Es talento y talante, exige y transige, es gordo y sordo, aguarda y te guarda, oye, no escucha, da, quita y se desquita, traga y se atraganta, desoye y desolla, miente, es demente. El poder no tiene recato es mentecato, acicatea, fintea, babea, atranca... tranquea, revuelca y se revuelca, envuelve y revuelve, valora y minusvalora, atora y desatora, cansa, descansa, no se cansa, aprieta... suelta." (José Alarcón Hernández - La Miel y la Hiel)
El origen del desorden mental que causa el poder está en la difícil conceptuación filosófica del mismo, ya que se tiende a concebir como una propiedad del sujeto, cuando en realidad el poder no corresponde sino a una cesión de orden constituida por el grupo social, a quien pertenece plenamente la deriva de todas las relaciones sociales. El poder, por mucho que se manifieste como un personalismo del que dimana la erección de una estructura social, es tan sólo: o una imagen subjetiva de la realidad, o una represión tiránica de la libertad.El poder existe y se concreta en las personas que lo poseen y lo ejercitan, ¡Toma cuerpo y presencia, en los gobernantes, en los que mandan!. Habita o cohabita en o con las instituciones.
"El poder acusa, recusa, te usa, oprime, reprime y comprime, sospecha y se pecha, inclina, reclina... declina, anima, reanima y conmina, cita y transita, encamina y te camina, es gracia y desgracia, es lento y violento. Es talento y talante, exige y transige, es gordo y sordo, aguarda y te guarda, oye, no escucha, da, quita y se desquita, traga y se atraganta, desoye y desolla, miente, es demente. El poder no tiene recato es mentecato, acicatea, fintea, babea, atranca... tranquea, revuelca y se revuelca, envuelve y revuelve, valora y minusvalora, atora y desatora, cansa, descansa, no se cansa, aprieta... suelta." (José Alarcón Hernández - La Miel y la Hiel)
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
23/07/2014
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