Entre la boda real y una beatificación
Sumergidos como estamos todos en nuestras cosas, el día a día, las noticias del mundo y más aun en esta crisis nacional, hicimos un alto, dentro de tantas noticias malas, de tantas cadenas, y de tantas masacres, en ser espectadores de la tan esperada boda real, entre el futuro rey de Inglaterra y una plebeya que logró cautivar a la realeza y al mundo con inteligencia y sencillez. Sirvió de catarsis un poco para olvidar el tedio de la aplastante rutina y un poco de nuestro contexto. Se demostró una vez más que los ingleses más que flemáticos supieron realizar este acto con un estilo de gran sobriedad y acompañando un público educado. Por otro lado, ser testigos de la beatificación del Papa Juan Pablo II de forma tan expedita, nos reafirma que mas allá de toda crítica o ventajismo, estamos frente a una figura que tuvo una fuerte influencia sobre los jóvenes, pudiendo modernizar y flexibilizar a una ortodoxa iglesia y el respeto a la persona humana, en quien veía la imagen de Dios. Karol Wojtyla "rescató a la persona humana del pesimismo" y también se dio cuenta de que el hombre "necesita la misericordia de Dios". Gracias a Wiliams y a Kate por recordarnos que el amor se impone a todo y a Juan Pablo II una peticion: que interceda por nosotros.
ISABEL VIRGINIA CHIRINOS FLORES
30/04/2011
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